Mes a mes la producción solar va en aumento mientras apuesta por soluciones como la hibridación con almacenamiento de energía
La fotovoltaica sigue batiendo récords en España y consolidando su papel protagonista en la transición energética. Sin embargo, su rápido avance plantea nuevos desafíos económicos y operativos que exigen un cambio de paradigma, apostando por soluciones como la hibridación con almacenamiento de energía para garantizar la rentabilidad de los proyectos.
Con el cierre del primer cuatrimestre de año 2025 —enero, febrero, marzo y abril— se confirma una tendencia que parecía imparable: la producción fotovoltaica en España ha crecido de forma ininterrumpida mes tras mes. Cada jornada despejada parece traer consigo un nuevo récord de generación solar. Lo que hace unos años era excepcional, hoy se ha convertido en rutina. Y eso, sin duda, es una excelente noticia para el medio ambiente, para la economía nacional y para el futuro energético del país.

(*) Datos provisionales pendientes de revisión por parte de Red Eléctrica a raíz del apagón del día 28 de abril.

(*) Datos provisionales para abril de 2025 pendientes de revisión por parte de Red Eléctrica a raíz del apagón del día 28 de abril.
Esta aceleración de la fotovoltaica responde al despliegue masivo de capacidad instalada en los últimos años, a la mejora de la eficiencia de los paneles solares y a unas condiciones meteorológicas favorables que han reforzado el protagonismo del sol como motor de la transición energética. El resultado directo es una menor necesidad de generación con combustibles fósiles, una reducción significativa de las emisiones de CO2, un menor volumen de importaciones de gas natural y un paso firme y diario hacia la independencia energética.
Retos
Sin embargo, este proceso de transformación también trae consigo retos importantes para el mercado y los inversores. El aumento sostenido de la producción solar durante las horas centrales del día está provocando una caída de los precios capturados por la tecnología fotovoltaica en los mercados eléctricos. Esta primavera ya se han visto precios horarios en mínimos históricos. Esto tiene implicaciones directas sobre el valor económico de los proyectos solares, especialmente aquellos sin mecanismos de cobertura o sin capacidad de almacenamiento.
Los acuerdos PPA (Power Purchase Agreements), en particular los de tipo pay‑as‑produced, han visto cómo sus valores se ajustan a la baja ante unas expectativas de precios más deprimidos en las horas solares. Esta situación está generando incertidumbre en la financiación de nuevos proyectos, y ha ralentizado decisiones de inversión que hace apenas unos meses parecían seguras. En otras palabras, el éxito de la fotovoltaica en su despliegue masivo está forzando una evolución del modelo de negocio y de operación de estas plantas.
La solución más clara y viable que se perfila en el horizonte es la hibridación con sistemas de almacenamiento de energía mediante baterías. La posibilidad de almacenar energía solar durante las horas de mayor producción para luego verterla a la red en los momentos de mayor demanda —y, por tanto, de mayor precio— permite recuperar valor para los proyectos, estabilizar ingresos y facilitar su bancabilidad. No se trata solo de una solución tecnológica, sino de una evolución estratégica y estructural del modelo energético. La hibridación es ya la gran tendencia del futuro inmediato.